domingo, 1 de septiembre de 2013

LA ANTROPOLOGIA DEL CAMBIO EN LA CULTURA ORGANIZACIONAL Y EN LA SOCIEDAD COMO CONCEPTO INNOVADOR.


Posiblemente una de las cosas más fascinantes del momento en que estamos es que nadie es capaz de predecir cómo será el mundo dentro de 5, 10 o 15 años...

            El cambio GLOBAL es lo que define nuestra sociedad y es tal la velocidad del mismo que estamos sufriendo (o disfrutando, según se mire) que cualquier visión de predicción es una garantía de éxito. La ADAPTACION al cambio es el camino de la supervivencia pero la CREACION del cambio es la meta del éxito.
          Muy pocos tienen capacidad de generar cambios, la mayoría se adaptan a ellos y los inmóviles…PERECEN
            Es fundamental que seamos capaces de visualizar y diseñar el cambio desde distintas perspectivas para que nuestras empresas dispongan de todas las claves para hacer de él algo valioso para nuestras organizaciones.
            Pero conviene preguntarse qué relaciones se generan en ese cambio, cómo afecta a los sistemas culturales donde se dan, cómo afecta a las personas y a las empresas. Porque ¿Son las empresas agentes del cambio en esta sociedad? ¿Están dispuestas a asumir una evolución que pueden no controlar? ¿Pueden adaptarse a él ?. Por supuesto, pretender dar respuesta a todas estas preguntas es una quimera pero lo dejo abierto a la reflexión.
            Quizá una de las primeras claves es utilizar la antropología cultural como lenguaje de investigación. 
            Esta elección ya tiene por sí misma un significado concreto, es decir, no es una elección inocente. Utilizar la antropología cultural supone colocar las empresas en un escenario más amplio que el meramente económico, supone asumir que las empresas están formadas por personas, que las personas se relacionan entre sí y que esas relaciones son algunas de las manifestaciones culturales que la antropología cultural estudia.
            Las empresas hoy en día viven en un entorno en el que lo económico sólo es una parte del mismo, de modo que muchas de las claves para su comprensión se alejan de cuentas y balances. Las empresas no permanecen en entornos asépticos, sino que desarrollan sus actividades en sociedades con sus sistemas culturales propios que afectan y se ven afectados por todas las instituciones que los forman.
            Dice Roger Keesing: “Las culturas son sistemas que sirven para relacionar a las comunidades humanas con sus entornos ecológicos”. Las formas de producción están fundamentadas en la necesidad de dar respuesta a la supervivencia en un entorno dado. Desde esta perspectiva la relación entre sistemas culturales y empresas es clara, pues ambos son una respuesta a un entorno determinado. 
            Marvin Harris fue el creador del Materialismo Cultural, que básicamente venía a decir que toda manifestación cultural o religiosa no es sino una respuesta a las necesidades que en el individuo en sociedad crea el entorno.
            Para el materialismo cultural existe un Principio de primacía de la infraestructura, es decir, son las necesidades de producción y los problemas de la población los que definen tanto a la estructura como a la superestructura. Quiere ello decir que lo primero que busca el ser humano es, en cierto modo siguiendo a Maslow, la satisfacción de sus necesidades básicas, y para ello ha de tener en cuenta el ecosistema en el que está y cómo responder a esas necesidades con los elementos con los que cuenta.
            Esas respuestas, llamémoslas microeconómicas, generan una estructura a su imagen en forma de políticas sociales y económicas que en cierto modo lo que hacen es justificar la infraestructura. Al mismo tiempo esas necesidades y usos materiales crean una respuesta a modo de superestructura en forma de filosofías, ideas, principios, valores o creencias. 
            De este modo es el entorno físico el que determina el sistema cultural que creamos, añadiendo al entorno físico la respuesta de supervivencia y desarrollo que le damos. El cambio es entonces un proceso lento, que sólo se genera cuando cambia algo en el ecosistema que nos obliga a dar una nueva respuesta a modo de infraestructura, y por ende con resultados en la estructura y la superestructura.
            ¿Pero de verdad ocurre así? ¿Estamos tan determinados por el entorno? La verdad es que no, porque se ha generado un fenómeno que no se contemplaba en el caso de las civilizaciones y pueblos antiguos: el ser humano dibuja, define y determina su entorno.
            Con la aparición de la Revolución Industrial, fundamentalmente, el ser humano empieza a controlar los recursos naturales, el ecosistema ya no es tan determinante porque él puede cambiar ese ecosistema. Resumiéndolo con una frase: En entornos urbanos es el modelo de negocio el que define el espacio, en los entornos rurales es el espacio el que define los modelos de negocio.
            Estos nuevos ritmos y dinámicas de cambio son en muchos casos ejercicios de INNOVACION que no hacen sino retroalimentar el dibujo del ecosistema por el ser humano, creando necesidades antes impensables que a su vez generan nuevas dinámicas innovadoras. El cambio, desde mi punto de vista, no es una realidad simple, con un origen determinado, sino que aparece en las sociedades actuales como un elemento complejo al que muchas empresas se adhieren y que otras rechazan, en ocasiones como parte de su política de mercado pero no como una respuesta a un ecosistema de necesidad.
            Los ecosistemas actuales no están pensados para satisfacer las bases de la Pirámide de Maslow, lo que hace que muchas empresas se conviertan en agentes de cambio por sus deseos de encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades superiores.
             El cambio ya ha dejado de ser un hecho raro y puntual en las Empresas y son una respuesta a cambios externos de las sociedades, para formar parte de ellas y definirlas como elemento dinamizador de su evolución y su capacidad de supervivencia y por ende…DEL ÉXITO.

Y recuerda...REFLEXINNOVA !!!